“Debemos trabajar para construir un futuro viable; la educación es la fuerza del futuro.
Existen siete saberes fundamentales que la educación debería tratar en cualquier sociedad y cultura. Se dividen en siete capítulos.
Capítulo I - Las cegueras del conocimiento: el error y la ilusión.
El cerebro no distingue la alucinación de la percepción, y la mentira es la fuente de error e ilusión, los cuales afectan a la memoria.
Necesitamos negociaciones entre nuestras mentes e ideas para detectar las mentiras de uno mismo.
Capítulo II - Los principios de un conocimiento pertinente.
El conocimiento del mundo debe estar presente en la educación del futuro, pero siempre de forma pertinente, por lo que la educación deberá evidenciar su contexto, globalidad, multidimensionalidad y complejidad, y superar las antinomias y la falsa racionalidad acumuladas. Se trata de comprender un pensamiento que separa y reduce junto a un pensamiento que distingue y que religa, no se trata de abandonarlos sino de conjugarlos.
Capítulo III - Enseñar la condición humana.
Conocer lo humano es, situarlo en el universo pero a la misma vez separarlo de él.
Somos resultado del cosmos, de la naturaleza… el humano es un ser biológico y cultural, un ser superviviente.
No hay cultura sin cerebro y no hay mente sin cultura.
Los humanos nos relacionamos con la sociedad y así damos lugar a las reproducciones.
La educación deberá ilustrar el principio de unidad/diversidad en todos los campos.
Somos seres infantiles, neuróticos, delirantes siendo también racionales.
Capítulo IV – Enseñar la identidad terrenal.
Todos tenemos una identidad genética, cerebral y afectiva común.
El objetivo fundamental y global de toda educación es transformar a la especie humana en verdadera humanidad. La educación del futuro deberá aprender una ética de la comprensión planetaria, es decir, volver a relacionar las culturas y unir lo disperso.
Capítulo V - Enfrentar las incertidumbres.
Durante el S.XX aprendimos que hay que substituir la visión de un universo que obedece a un orden impecable, por una visión donde el universo sea el juego, y el juego está entre el orden, el desorden y la organización.
Tantos problemas hacen pensar que el mundo está en crisis, y en un estado violento y de agonía.
Las ideas y teorías traducen la realidad y saber interpretarla hace reconocer donde está el realismo.
Capítulo VII - Enseñar la comprensión.
La ética de la comprensión es un arte de vivir que nos pide comprender de manera desinteresada.
Por último, cabe destacar que comprender es aprender y re-aprender de manera permanente.
Capítulo VII - La ética del género humano.
El vínculo ético del individuo con la especie humana ha sido afirmado desde las más antiguas civilizaciones.
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